miércoles, 29 de octubre de 2014

EL LORO ENFERMO

           

Esta madrugada
se enfermó Perico:
volaba de fiebre,
le dolía el pico.

Lo acosté en la cama,
le froté el hocico,
le soplé la cola
con un abanico.

¡Aquí llega el médico!
¡Claro! ¡ En un borrico!
Trae su termómetro,
silba un villancico.

Se sienta en la cama
y dice: "Perico,
cierra bien los ojos
y abre grande el pico".

Le arrima un helado
justo hasta el hocico,
le da un caramelo
muy dulce y muy rico.

Y si. ¡Adivinaste!;
como cualquier chico,
con un caramelo
se cura Perico.                               Gladys Carmagnola: Lunas de Harina.

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