OCASO
Cae la tarde,
hacia el poniente
cielo sin nubes
se
duerme el sol.
Pasan alegres por el sendero
las tejedoras de ñandutí,
en tanto el aire aletea quedo
libando
ceibos el colibrí.
Hogar humilde, barro y totora
catre de tientos, duerme el
anciano,
sombra a su lado vela las
horas
canas
las sienes, rostro moreno.
Cae la tarde
hacia el poniente
cielos de niebla
se
oculta el sol.
Es primavera y al aire tibio
tiende su brote ibirapitá
hacia el ocaso tiembla el
lucero
señala
un rumbo en la oscuridad.
Sonríe el viejo de rostro
enjuto
grandes los ojos, crispa las
manos,
amigo Ansina, tráigame el
moro
quiero
seguir sobre mi caballo.
Cae la tarde
hacia el poniente
teñido en sangre
se
marcha el sol.
Se vuelve noche, duele el
silencio
candil alumbra rostro fugaz
el fiel Ansina, sombra entre
sombras
cierra
los ojos al que se va.
Cayó la tarde
hacia el ocaso
cielos de noche
se
durmió el sol.
Ma. Rosa Bañales(maestra
uruguaya)
29/08/2011
29/08/2011
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