miércoles, 23 de septiembre de 2015

EL OCASO



OCASO
Cae la tarde,
hacia el poniente
cielo sin nubes
se duerme el sol.
Pasan alegres por el sendero
las tejedoras de ñandutí,
en tanto el aire aletea quedo
libando ceibos el colibrí.
Hogar humilde, barro y totora
catre de tientos, duerme el anciano,
sombra a su lado vela las horas
canas las sienes, rostro moreno.
Cae la tarde
hacia el poniente
cielos de niebla
se oculta el sol.
Es primavera y al aire tibio
tiende su brote ibirapitá
hacia el ocaso tiembla el lucero
señala un rumbo en la oscuridad.
Sonríe el viejo de rostro enjuto
grandes los ojos, crispa las manos,
amigo Ansina, tráigame el moro
quiero seguir sobre mi caballo.
Cae la tarde
hacia el poniente
teñido en sangre
se marcha el sol.
Se vuelve noche, duele el silencio
candil alumbra rostro fugaz
el fiel Ansina, sombra entre sombras
cierra los ojos al que se va.
Cayó la tarde
hacia el ocaso
cielos de noche
se durmió el sol.
Ma. Rosa Bañales(maestra uruguaya)
29/08/2011

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