En Bahía o San Salvador, en Brasil, me entretuve un día observando los hábitos del Diodon antennatus (llamado también pez globo u orbe), que había sido pescado mientras nadaba cerca de la costa. Este pez, de piel lisa, posee, como es sabido, la singular propiedad de distenderse, tomando forma aproximadamente esférica. Después de haberlo sacado del agua por breve tiempo y sumergiéndolo otra vez, se advierte que el animal ha absorbido una gran cantidad de agua y aire por la boca, y quizás también por los orificios branquiales. La piel de todo el abdomen está mucho más floja que la del dorso.
Durante la inflación, la superficie inferior se distiende más que la superior, y el pez, en consecuencia, flota panza arriba.
Este pez posee varios medios de defensa. Puede dar un terrible mordisco y lanzar el agua por la boca a cierta distancia, al mismo tiempo que hace un curioso ruido con las mandíbulas. Cuando se lo manosea, segrega por la piel del abdomen una materia fibrosa de un bellísimo color carmín.
He oído decir que se ha encontrado con frecuencia un Diodon flotando vivo e inflado en el estómago de un tiburón, y que se comprobó que el Diodon había devorado los costados del monstruo, y lo había matado. ¿Quién hubiera podido creer que un pez tan pequeño y blando fuera capaz de dar muerte al enorme y feroz tiburón?
Charles Darwin: Diario del viaje de un naturalista alrededor del mundo (fragmento adaptado).
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