lunes, 16 de octubre de 2017

Los caudillos



La independencia de las naciones hispanoamericanas fue una cantera de caudillos. La ruptura del orden colonial mantenido durante siglos, el cual se basaba fundamentalmente en la estructura de la monarquía castellana y en sus instituciones centralistas y absolutistas, lanza a nuestra América al caos político y social. Suspendidas las viejas instituciones, se pretendió sustituirlas por los modelos republicanos y democráticos de Francia y Estados Unidos, los más avanzados de la época. Estas nuevas instituciones forasteras, que en nada correspondían a la realidad histórica, estaban destinadas a un fracaso inevitable. En esta situación caótica, el caudillo, que crea en torno a su mando una organización elemental suficiente, constituye la única forma de orden posible. Surgen de inmediato por todas partes caudillos regionales de la más variada pinta que, sobre la base de su prestigio y de la adhesión personal de sus hombres, establecen núcleos de improvisado y frágil orden social. Los casos fueron abundantes. Había que citar a Boves, a Páez, a Mariño, a Bermúdez y a muchos otros. El caso de Bolívar es distinto, porque veía más alto y más lejos que los caudillos ordinarios, y porque se proponía un orden político de inmensa validez. El General Antonio José de Sucre brota del caldo mismo en que se formaron los caudillos locales, pero, por sus convicciones y sus características personales, no fue ni quiso ser nunca un caudillo. Son muchas las virtudes y las condiciones excepcionales que lo destacan en aquella larga guerra y en aquel gran escenario que abarca, prácticamente, toda la América del Sur. Ningún otro General de la Independencia, exceptuando a Bolívar, alcanzó su aptitud de conductor de tropas. Sus campañas son modelos de estrategias y tácticas. Con apenas 25 años de edad, dirigió la difícil Campaña del Sur contra la más poderosa concentración del ejército español, la de Ayacucho, que se prolongó por meses y terminó en Suramérica, lo que lo revela como un jefe de incomparables condiciones para la conducción de la guerra.



1. De acuerdo con la lectura, la palabra “cantera” (línea 1) apunta al hecho de que los caudillos fueron (A) antidemocráticos.
 (B) numerosos.
(C) capaces.
(D) visionarios.
 (E) regionalistas.


2. Según la lectura, la palabra “caldo” (línea 15) tiene el sentido de
 (A) país.
 (B) campo.
(C) ambiente.
 (D) espacio.
(E) orden.

3. El autor plantea que las nuevas instituciones republicanas en América estaban destinadas
 (A) al desastre por las diferencias ideológicas.
 (B) a participar en el rompimiento de relaciones territoriales
 (C) a ser parte del malogrado régimen absolutista que desapareció.
(D) a desaparecer por desconocer la realidad histórica.
(E) a la destrucción por los movimientos caudillistas.



Ejemplo 1
 La - - - - es la raíz de innumerables y terribles males y contraria a la vida ----.

 (A) desesperación .. agitada
 (B) guerra .. celestial
(C) violencia .. espiritual
(D) bondad .. divina
 (E) constancia .. cotidiana



Ejemplo 2

 Los comentarios desagradables del orador al terminar la reunión - - - - las buenas intenciones de sus propósitos al dirigirse al grupo.

 (A) aumentaron
 (B) fortalecieron
 (C) opacaron
(D) consumieron
(E) forzaron

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